1. Entrevista inicial y evaluación de la salud. 

Consiste en una cita programada cuya intención es compartir información con la vista puesta en evaluar la compatibilidad entre cliente y entrenador personal, así como debatir las metas y establecer un acuerdo entre cliente y entrenador. Si existe compatibilidad entre ambos se rellenaran unos formularios de evaluación de la salud y estilo de vida con el fin de identificar a aquellos clientes que haya que derivar a otros profesionales antes de iniciar un programa de ejercicio.

Con estos cuestionarios también conoceremos cuál es su actitud hacia el ejercicio físico, cuáles son sus expectativas, autoestima, motivación. Conoceremos también sus hábitos de alimentación, su experiencia en el ejercicio o actividad física, si fuma o bebe, que tipo de actividad profesional desempeña, si es activa o sedentaria, etc.

2. Valoraciones físicas y mediciones antropométricas.

En función de los objetivos del cliente se seleccionaran las diferentes valoraciones o mediciones que se hayan de tomar y así establecer una base sobre la que establecer metas y elaborar programas eficaces de ejercicio. La reunión y evaluación de la distinta información brinda al entrenador personal una perspectiva más amplia sobre el cliente.

3. Planificación y programación.

Una vez recopilada la información anterior, y conociendo el punto de partida, debemos trazar un camino a seguir para conseguir el objetivo planteado. En esta fase planificaremos y diseñaremos el programa de entrenamiento.

4. Realización de programa.

El entrenador personal dirige las sesiones de acuerdo con el programa establecido.

5. Nueva valoración y ajuste.
Para saber si vamos por el buen camino, se deben realizar nuevas evaluaciones o controles de los resultados del entrenamiento para valorar los progresos y seguir con el plan establecido o si es necesario ajustar los diferentes componentes del entrenamiento para la consecución de los objetivos.